Los molinos y las fábricas

La primera molienda del jaboncillo de Somontín se realizó en el “Molino de los Gaspachos”, hoy propiedad de los “Castellones”, que estaba dedicado a la molienda de trigo para hacer pan, después de los “Gaspachos”, este molino pasó a ser propiedad del “tío Paco Ventura” y a éste se lo compró “Pepe Castellón”, del que pasó a manos de sus herederos: sus nietos.

Entrada actual al molino de los Gazpachos o de los Castellones. 
(Foto del autor)
Entrada actual al molino de los Gazpachos o de los Castellones. (Foto del autor)

Como este molino se fue quedando pequeño, se construyó el “Molino El Conso”, el cual se hizo con unas enormes dimensiones y grandes naves para almacenar cientos de vagones de jaboncillo. Sobre los años 1927-1928 y para hacer funcionar y hacer rentable al máximo la molienda de jaboncillo, los propietarios del “Molino El Conso”, compraron un motor de avión procedente de Alemania, de marca YUNKER, y con los sobrantes de la electricidad que producía este motor, se instaló una red eléctrica para el pueblo, que les costó bastante tiempo desarrollar, una vez instalada la red de distribución, el que deseaba aprovecharse de las ventajas de la electricidad se enganchaba a la red y por cada bombilla que se instalase había que pagar 5 pesetas. A las 01.00 horas de la madrugada, se cortaba el suministro de electricidad a los particulares.

Una de las muelas del molino el Conso, actualmente en estado de abandono total. (Foto del autor)
Una de las muelas del molino el Conso, actualmente en estado de abandono total. (Foto del autor)
Juan Galera Galera “Juan Emilia”. (Foto cedida por: Dolores Galera)
Juan Galera Galera “Juan Emilia”. (Foto cedida por: Dolores Galera)

En el “Molino El Conso” comenzaron a trabajar 3 hombres, que fueron Juan “Emilia”, Juan “Nena” y Antonio “el Calabazas”, 2 trabajaban de día y 1 de noche y se iban rotando los turnos periódicamente, el trabajo por aquellos tiempos se realizaba sin ninguna protección y no se conocían los efectos nocivos que pudiera tener la exposición constante de los trabajadores a los polvos que emanaban del molino y que estaban permanentemente respirando los que allí se encontraban, como resultado final hubo que lamentar la intoxicación y la muerte de los 3 trabajadores en edad muy joven.

Torva para moler el jaboncillo en el molino el Conso, en estado inservible por abandono. (Foto del autor)
Torva para moler el jaboncillo en el molino el Conso, en estado inservible por abandono. (Foto del autor)
Acequia de conducción de aguas del molino el Conso.  (Foto del autor)
Acequia de conducción de aguas del molino el Conso. (Foto del autor)
Fachada y escalera de acceso al molino del “tío Manuel Diego”, perfectamente restaurado y conservado por sus actuales propietarios. (Foto del autor)
Fachada y escalera de acceso al molino del “tío Manuel Diego”, perfectamente restaurado y conservado por sus actuales propietarios. (Foto del autor)
Vista al Mirador del Pretil de Somontín, desde el molino de los Ambrosios, afortunadamente habitado y restaurado por sus actuales
Vista al Mirador del Pretil de Somontín, desde el molino de los Ambrosios, afortunadamente habitado y restaurado por sus actuales propietarios. (Foto del autor)
Abrevadero, lavadero y salida de la conducción del agua de la mina del molino de los Ambrosios, en donde se aprovechaba, en otros tiempos en los molinos, para dejar el esparto en remojo durante aproximadamente un mes, para cocerlo lentamente. (Foto del autor)
Abrevadero, lavadero y salida de la conducción del agua de la mina del molino de los Ambrosios, en donde se aprovechaba, en otros tiempos en los molinos, para dejar el esparto en remojo durante aproximadamente un mes, para cocerlo lentamente. (Foto del autor)
Acequia actual, que conduce el agua del molino de los Ambrosios al de Amador el Figurín. (Foto del autor)
Acequia actual, que conduce el agua del molino de los Ambrosios al de Amador el Figurín. (Foto del autor)
Fachada del molino el Figurín actualmente, perfectamente restaurada y conservada. (Foto del autor)
Torva y molino de Amador el Figurín, en perfecto estado de conservación. (Foto del autor)
Torva y molino de Amador el Figurín, en perfecto estado de conservación. (Foto del autor)