Autor: Baldo Oliver Acosta - Año: 2019
Sr. Alcalde, miembros de la Corporación Municipal, somontineras, somontineros, familiares, amigas y amigos!
El Sr. Luis Reche, vuestro nuevo alcalde, me comunicó que había sido designado por la nueva Corporación Municipal para ser vuestro pregonero de las Fiestas de Verano de 2019, y os tengo que decir que para mí fue una gran satisfacción y a la vez una sorpresa, después de un intercambio de pareceres me convenció y yo acepté, le trasmití mi agradecimiento a él y a todos los que han pensado conmigo para que hoy estemos un año más aquí, en Somontín, en puertas de entrar en unos días de fiesta, de amistad, de compañerismo, de reencuentro, y de compartir con los nuestros lo mejor de la vida: la risa, la alegría, la música, el baile y la libertad de hacerlo en un lugar como este, en nuestro querido y entrañable pueblo.
Somontín: este punto infinito del universo, este pequeñísimo lugar de la galaxia, al que un día por las conjunciones de estrellas y planetas, y otras hierbas, a algunos el destino nos deparó la suerte de que cayésemos aquí e iniciásemos nuestro caminar por la vida; este principio de nuestra vida no lo elegimos nosotros, no tomamos esa decisión, es más bien cuestión de azar, suerte o simplemente el destino, y que es el destino, puede que sea algo intangible, variable e imprevisible, contra él o con él no podemos hacer nada, él destino nos lleva, nos trae, nos deja, nos hace felices o nos depara desgracias, no tenemos una explicación de lógica, firme y consistente y ante la falta de respuesta nos conformamos con lo que nos depare.
El destino nos dejó en este pueblo a la mayoría de los que estamos aquí hoy, sin que esa fuese nuestra voluntad, la nacer en este pueblo, pero a partir de ese día, nosotros y solo nosotros comenzamos a ser los dueños de nuestro destino, ya que cada paso que damos, cada segundo que pasa, cada acción que emprendemos, nos marcará involuntariamente el resto de todo lo que hagamos en nuestra vida; cuantas veces hemos dado pasos adelante, hemos hecho algo, que de haber tomado otra decisión nuestra vida hubiera sido totalmente diferente, enfrente de nosotros cada día se presentan miles de opciones para elegir en nuestra vida, en el lugar que vivimos y con quien vivimos, pero al final, solo nosotros decidimos un camino y las otras opciones las desechamos, constantemente estamos variando nuestro destino al decantarnos por una opción al final y descartar todas las demás.
Nuestros antepasados, fueron antes que nosotros los que decidieron con sus acciones el devenir de los tiempos de Somontín, nos dejaron su legado, una tierra, una cultura, unas costumbres, una peculiar forma de ver y sentir la vida, un lugar maravilloso para sentir el calor humano de nuestros familiares, amigos y vecinos, ahora es nuestro tiempo y es a nosotros a quienes nos corresponde transmitirlo a los que nos precederán, a nosotros nos corresponde, de una forma u otra, que Somontín siga siendo un lugar único para vivir.
Miembros de la nueva Corporación Municipal, además expresaros mi felicitación por vuestra elección, os deseo todo el acierto que necesitéis en esta legislatura para hacer un buen trabajo en favor de Somontín y de los vecinos de nuestro pueblo, después de estas fiestas tocará trabajar y todos esperamos que vuestro trabajo sea productivo, anteriormente se han hecho muchas cosas en legislaturas pasadas, algunas bastante buenas y acertadas, otras puede que no tanto, pero siempre quedan muchas cosas por hacer y para mejorar en nuestro pueblo, ese es vuestro cometido, no os faltará trabajo y no lo acabaréis todo, quedarán muchas cosas pendientes para legislaturas venideras, pero esperemos que después de estos 4 años que tenéis por delante, la suma de vuestro buen trabajo eclipse lo que no se haya podido conseguir.
Además de estrenar legislatura, pronto vamos a entrar en una nueva década, una década llena de retos importantes y de constantes cambios en todos los órdenes mundiales, a nivel económico, tecnológico, laboral, cultural, humano, etc., a los que tendremos que adaptarnos todos sí o sí, el mundo en general y Somontín en particular y sus habitantes, y vosotros sois los que tenéis la responsabilidad de gestionar el destino de nuestro pueblo, de momento por 4 años, nos os podéis quedar parados ni desfasados y que nuestro pueblo quede marginado y desenganchado de estos nuevos tiempos que están por venir más pronto que tarde, y seguro que serán vertiginosos y apasionantes.
No hace mucho tiempo, hace exactamente ahora 6 años tuve el honor de ser vuestro pregonero en las pasadas fiestas del verano del 2013, parece que solo fue ayer, pero a lo largo de estos 6 años, nos han sucedido muchas cosas, algunas buenas y otras no tanto.
Desde aquí quiero mandar un cariñoso abrazo a todos los somontineros que hoy y en estos días de fiesta no nos podrán acompañar por unos motivos u otros: trabajo, familia, deberes o imposibilidad de estar físicamente aquí, pero quiero hacerles llegar en nombre vuestro y mío propio, que nos gustaría tenerles aquí y compartir estos momentos con ellos, como por ejemplo a mi padre, que por motivos de edad ya no puede desplazarse como a él le gustaría, esto es lo que tiene el vivir y rozar casi los 100 años.
Echo de menos en estos 6 años que han pasado, a otros somontineros que ya no nos podrán acompañar nunca más, a nosotros nos queda añorarles y recordarles con cariño, y dar gracias a la vida por haberles conocido, por haber compartido con ellos nuestro tiempo, nuestras alegrías y todo lo bueno que nos hayamos podido intercambiar con ellos, y sí, especialmente echo de menos en este tiempo que ha pasado a una somontinera de elección, que el destino en su nacimiento no la dejó aquí, pero que cuando conoció Somontín decidió que este sería el lugar donde ella hubiera querido vivir muchos años con nosotros, su destino quiso que no fuese así y se la llevó, como a muchas otras personas, creo que antes de tiempo, se trata de Karin mi compañera de por vida, y hoy echo de menos la mirada de sus ojos verdes y su eterna sonrisa.
Somontineros, la vida sigue y hoy estamos en tiempos y días de celebración y de fiesta, muchos de nosotros, creo firmemente, que podemos dar gracias de nuestra existencia a las fiestas que vivieron anteriormente en su momento nuestros padres, ya que puede que muchos seamos producto de la alegría de las mismas, yo estoy convencido de ello y además las fechas de nacimientos así lo dicen, que muchos de nosotros nacíamos aproximadamente, por ejemplo, 9 meses después de San Sebastián, por qué sería, conozco un montón de somontineros nacidos entre el 15 y el 30 de octubre, tendrán algo que ver las fiestas de aquellos entonces y puede ser que las de ahora también lo sean con la existencia de nuevos somontineros, ahí lo dejo, más bien sí.
Hace unos años, bastantes años, en Somontín no había estas fiestas de verano tal y como hoy las tenemos programadas, teníamos las fiestas del patrón: San Sebastián y Santa Inés, la patrona: la Virgen del Rosario, Navidades, Fin de Año, Reyes, San Marcos, Semana Santa, las Comuniones, El Corpus, el Domund y algo de celebración por San Juan, eran días señalados en el calendario y nosotros los niños y los más jóvenes estábamos ansiosos para que llegasen esas fechas señaladas, ya que significaban ocio, evasión, juegos, alegría, cortejos y amoríos.
Pero además de estas fiestas citadas, nosotros los más jóvenes teníamos nuestra particular y genuina manera de transformar muchos días del año en fiestas improvisadas, sobre todo cuando llegaba el verano, aprovechando que no teníamos colegio, que los días eran más largos y calurosos, las balsas eran sitios de encuentro y el tiempo de las trillas especialmente, que los niños las convertíamos en una fiesta, en las que cualquier cosa nos servía de excusa, el subirnos al trillo, el llevar las bestias a beber después de larguísimas horas de dar vueltas en la parva y hacerlas correr cual caballos en un hipódromo (maldita gracia que les haría a los pobres animales después de estar todo el día dando vueltas en la era), el revolcarnos en la paja, el transportarla al pajar, la palomita que nos preparaban para refrescarnos, a veces dormir en las eras, y siempre el chapuzón final en la balsa que estuviera más llena, el juego, las bromas, las risas eran constantes y las disputas también, quizás estas eran nuestras peculiares fiestas de verano.
Quien, que lo haya probado, no recuerda o tiene grabado en su memoria el peculiar sabor del arroz con conejo o las fritadas de conejo de las trillas, cuando a medio día todos nos juntábamos alrededor de un inmenso perol o sartén, debajo de la higuera o el árbol que mayor sombra nos diera y orientados al fresco viento de levante, esperando que la trilla se acabase, además del buen sabor de la comida, el ambiente de familia y amistad es imborrable.
Por las fiestas del patrón y patrona de antaño, la banda de música del pueblo ensayaba durante unos días a las órdenes de Gervasio Cañabate “el Civil”, para ponerse a punto el día del Santo y salir por las calles del pueblo a convidar a los vecinos a unirse a la fiesta, él dirigía un numeroso grupo de hombres, que después de larguísimas y duras jornadas de trabajo en las minas, campo u otros menesteres, dedicaban durante bastantes meses y un par de días a la semana unas horas para ensayar las diferentes piezas que iban a ser incluidas en su repertorio de fiestas, aun suenan en mi recuerdo especialmente los pasodobles, que eran tratados e interpretados magistralmente por ellos, muchas veces los niños nos poníamos delante de la banda a su paso por las calles del pueblo y al director esto no le gustaba nada, el que le hiciésemos burla y tan pronto se giraba como adelantaba el paso y lanzaba una patada al aire para que nos quitásemos de delante del paso de la banda y dejásemos de hacer el ganso, a nosotros nos gustaba sacarle de sus casillas, aunque él seguía impertérrito marcando el paso y sin perder el compás.
Esa misma banda, por las tardes-noches de fiestas, era la que amenizaba el baile en la Plaza del Santo, en esta misma plaza, en los bajos de este ayuntamiento, una banda de música llena de “pitos”, ya que todos los componentes eran hombres, que cada uno interprete lo que quiera con lo de los “pitos”, había 2 que tocaban los platillos, otros 2 timbales y algún tambor, el resto “pitos” de diferente pelaje: clarinetes, trompetas, trombones, saxofones, etc.
Y además de la banda de música de Somontín, en algunas ocasiones podíamos disfrutar de un personaje estrella de nuestro pueblo, un músico fantástico e irrepetible, Benigno Vicente “El Guaracha” y su acordeón, que subido en el balcón de este ayuntamiento se alternaba con la banda del pueblo en la interpretación de un rosario de pasodobles que iban cayendo a lo largo de la velada: El gato montés, España cañí, Julio Romero de Torres, etc., y al compás de estos pasodobles, nuestros padres y madres, los chicos y chicas en edad de noviazgos, ponían todo su entusiasmo, esfuerzo, energía y buen hacer durante horas hasta que caían rendidos de tanta marcha, los niños correteábamos por en medio o hacíamos como que bailábamos o nos enganchábamos a los pantalones de nuestros padres, mientras poco a poco algunos de los más jóvenes, picaresca y disimuladamente iban desapareciendo por las esquinas de la plaza a lugares más oscuros y con poca o ninguna presencia de testigos, no digo más, no voy a delatar a nadie ahora, después de tanto tiempo.
Con los años la banda se apagó y Benigno nos dejó, pero durante un montón de años hemos tenido la suerte de tener un paisano entre nosotros que lleva la música, la danza y la alegría en sus venas, y ha vivido y se ha entregado totalmente a Somontín y a sus fiestas, y gracias a él (y a otros también con él), hemos disfrutado y mantenido muchas de nuestras costumbres, ha hecho que la banda de trompetas y tambores no solo no desapareciera, sino que incrementase su número de componentes y que además a la misma se agregasen un montón de chicas, para que esta banda no fuese solo una banda de “pitos”, este personaje merece todo nuestro agradecimiento, reconocimiento y un gran aplauso si puede ser, para él y para todos los que han hecho posible que esto haya sido así, yo estoy muy orgulloso de ser su primo, él es un tío cojonudo: Juan Oliver “el Padilla”, muchas gracias Juan por ser como eres y por querer como quieres a tu pueblo, a nuestro pueblo, ojalá que el resto de somontineros te copiáramos, aunque solo fuese un poquito y quisiéramos como tú quieres a Somontín.
El destino ha puesto en las hojas del calendario unas fechas para que las fiestas de verano de Somontín de 2019 sean una realidad y hagamos entre todos que no pasen en balde, disfrutémoslas a tope con nuestros seres más queridos, con nuestros vecinos y amigos, hagamos que cada día sea un día irrepetible que merezca la pena haber estado aquí y que al día siguiente de acabarlas estemos marcando las hojas del calendario y restando los días que nos falten para llegar a una nueva cita en el próximo 2020, pero eso será el futuro lejano, a largo plazo, ahora toca el presente y el presente dice que hay que ser felices, que hay que vivir y compartir con los demás el hecho de estar aquí, en este pequeñísimo lugar de nuestro universo llamado Somontín, hagamos entre todos que las fiestas de nuestro pueblo sigan atrayendo a somontineros de nacimiento, de parentesco o de adopción y que cada año sea una cita ineludible y una excusa para que todos nosotros podamos volver y estar aquí y poder dar rienda suelta a nuestra alegría, a nuestra risa y a nuestra libertad, respetando siempre la de los demás, donde no haya prohibiciones a la hora de ser felices y donde por el momento no nos hagan pagar impuestos o tributos por ello, todo llegará señor alcalde, que las armas a veces las carga el diablo, en otros lugares por ir de fiesta se paga, y eso es fácil de copiar, pero de momento vamos a conformarnos con lo que tenemos e impónganos la obligación de ser felices en estos días y a ser posible el resto del año y de disfrutar estas fiestas de verano de 2019 de Somontín. Quiero daros las gracias por haber hecho que mi destino cambiase involuntariamente, y con la excusa del pregón hoy comparta las fiestas con vosotros.
Para acabar, solo una sugerencia, evidentemente agradable y dirigida a todos los que estáis aquí ahora y que además tenéis la suerte de tener pareja, y los que no la tengáis (ellas y ellos, es cosa de dos, dicen) a ver si la buscáis, y es que, cuando la música acabe de sonar en esta plaza y la fiesta finalice en la calle, los que podáis y aun tengáis ganas, sigáis con la fiesta en casa o donde os apetezca, para que a ser posible estas fiestas sean la rampa de salida donde se siembre el destino de futuros y nuevos somontineros, que aparezcan en nuestro pueblo allá por los próximos días de primavera del mes de abril de 2020 y que con el tiempo, estos nuevos somontineros, llenen de alegría estas calles y plazas.
Amigos, sigamos programando y haciendo fiestas siempre que podamos y sin excusas: en verano, en invierno, en la plaza, en la calle, en el cielo o en el infierno, allá donde y cuando sea, es lo mejor que nos puede pasar (la penas ya vendrán solas), que nos baste simplemente con celebrar la vida, el hecho de haber nacido, de vivir; celebremos, vivamos y compartamos con todos los que nos acompañen a lo largo de nuestra existencia la suerte de haber nacido aquí en Somontín y el haber podido compartir con ellos nuestros días de vida: con los que se fueron antes, con todos vosotros que estáis aquí ahora y con los que vendrán en el futuro.
Así pues: ¡¡¡Que vivan las Fiestas del Verano de Somontín!!!
Somontineros ¡¡¡viva Somontín!!!