El Juego Pelota de Somontín, o el terreno donde se practicaba, estaba enclavado en la pared de un cortado, cuya parte frontal quedaba debajo del camino de la sierra, que subía desde el Barrio Santo, entre el barranco de las Mancovas y al otro lado daba con la Cueva de la Arena, el frontón o pared, quedó enclavado debajo de unos corrales de ganado, cuyos últimos propietarios fueron la familia de los Chumbeletes y la parte trasera daba directamente al barranco de las Mancobas.
Este terreno de juego se construyó de forma peculiar, puesto que tenía dos paredes laterales, una daba al Barrio Santo y la otra al antiguo cementerio y olivos del Calvario, hoy ermita de San Sebastián, esto implicaba un cambio sustancial en el desarrollo del juego de la pelota que se practica en Vascongadas, en otras partes del Estado Español y en algunos países y zonas del resto del mundo (para los somontineros, la acción de jugar a la pelota, era jugar a las mecas), ya que en el país Vasco el juego de pelota se realiza en un frontón, que posee sólo una pared lateral situada a la izquierda de los jugadores, quedando libre la parte derecha y se juega a partidos individuales o por parejas, en este último caso, cada equipo está formado por un delantero y un zaguero, éste suele ocupar una posición más retrasada para tomar el juego largo; sin embargo, en Somontín al tener dos paredes: izquierda y derecha, el frontón se practicaba normalmente por equipos de tres, dos delanteros que tomaban cada uno el juego de cada una de las paredes y jugaban más adelantados y un zaguero, que ocupaba toda la parte de atrás del terreno de juego y solía colocarse en el centro de la cancha, el cual tenía más movilidad y se encargaba del juego largo que podía venirle de ambos lados.
El Juego Pelota que conocimos nosotros en los años que se practicaron las mecas en Somontín, fue construido y formado por una pared frontal alta y dos laterales de cemento y bastante bien alisado, para que la pelota al golpear en la pared saliese despedida sin realizar efectos extraños que despistasen a los jugadores, las dos paredes laterales en principio eran altas e iban bajando altura escalonadamente a medida que se alargaba el terreno de juego, para acabar en una pared final de 1 metro de altura que cerraba el campo de juego (el frontón de Somontín tenía una longitud y dimensiones bastante más larga y ancha que los frontones reglamentarios, la pared de cierre no servía de rebote a la pelota como en el País Vasco), la pared o murete de cierre del terreno de juego servía de asiento a los espectadores que se situaban al fondo del frontón, además de a los alrededores del terreno de juego para ver el desarrollo de los partidos; el piso del juego pelota era simplemente de tierra y los jugadores procuraban quitar todas las piedrecitas que pudiera haber, para evitar posibles botes o efectos extraños de la pelota; en el país Vasco el piso es de cemento y está completamente alisado.
Las dos paredes laterales servían de apoyo al desarrollo del juego frontal, la pelota podía golpear en las paredes laterales antes de impactar en la frontal, o después de haber impactado en la frontal, también hacerlo en la lateral, con lo que se dificultaba la devolución de la pelota y el juego del equipo contrario, por lo que el juego se desarrollaba basándose fundamentalmente en estas dos paredes.
En nuestro juego de pelota había una línea hecha de cemento que sobresalía del resto de la pared frontal y que delimitaba la parte de la pared o zona de juego válida, donde se debía hacer impactar la pelota, y si la pelota golpeaba más abajo de esta línea era tanto a favor del equipo contrario al que últimamente había golpeado la pelota, esta línea quedaba aproximadamente a 1 metro de altura del suelo, en el país Vasco, la línea de delimitación de la zona frontal que da validez al juego, se realiza o delimita, colocando una plancha metálica de unos 10 centímetros, pues si la pelota toca mínimamente el metal, éste suena fuertemente y es mucho más fácil detectar con el sonido la validez del juego.