Los partidos comenzaban siempre con apuestas: el que pierde paga la ronda, o “convidá”, como se decía en Somontín, que solía consistir en pagar unos cuantos litros de vino, acompañados de unos garbanzos torrados, o algunos cacahuetes salados, u otra cosa que acompañase al vino y que servía de aperitivo antes de las comidas y cenas.
La “convidá” que se jugaban los equipos en casi cada partido, acababa pagándose religiosamente tras los encuentros por los perdedores, y principalmente acudían a celebrarlo todos los jugadores, ganadores y perdedores, árbitro y apuntador, en un ambiente de gran amistad y compañerismo, en el que siempre salían los comentarios de cómo se había realizado el juego, las felicitaciones a los que habían marcado los mejores tantos y también, cómo no, se comentaban las discrepancias sobre las decisiones más polémicas que habían transcurrido durante el partido.
En los años anteriores a la guerra civil española los lugares a dónde se iba a poner punto final a los encuentros y a consumar la “convidá”, eran: la casa del “tío Zaradío” y la casa de Juan Galera; y después de la guerra a casa de Gervasio “El Civil”, la casa de Pepe “Jacoba” y a la casa de Juan Echeverrías, que eran donde estaban ubicadas las tiendas de comestibles y de otras cosas de lo más variopinto que se pueda uno imaginar, y que además disponían de un bar, donde podían sentarse en unas mesas y consumar tan buen manjar, que tenía un exquisito sabor, sobre todo si pagaba el otro equipo.
Voy a dar por concluido este relato, que espero que os haya refrescado la memoria a algunos somontineros y a otros os sirva de historia, para que todo esto, algo tan propio y singular para nosotros, como fue el deporte o juego de las mecas, no quede en el olvido.
Antes de finalizar, me gustaría emplazaros a todos los que queráis y podáis aportar nuevos datos que amplíen y mejoren la historia del juego de las mecas en Somontín, para que lo hagáis llegar a los somontineros que se encargan de confeccionar y publicar estas páginas de nuestro pueblo a través de Internet; y emplazar también a todos los que tienen la posibilidad y el acceso a los datos relacionados a ¿cómo, cuándo y quién trae e implanta este deporte o juego en nuestra comarca?, ¿en qué año se construye el juego pelota?, ¿de quién parte la iniciativa?, ya que debe de haber en algún lugar del archivo municipal de Somontín, datos que hagan referencia a este tema, para así dejar constancia a nuestros descendientes de unos años inolvidables e irrepetibles.
Yo sólo he pretendido sacar a luz, algo que fue para nosotros el entretenimiento más común y apasionante de nuestra juventud, y que durante muchos años practicamos un gran número de generaciones de somontineros, y sólo me he basado en unos agradables y dulces recuerdos que viajan por mi memoria, e irán siempre conmigo unidos a un ayer, lleno de valores totalmente distintos a los que ahora tenemos y nos mueven en el inicio de este nuevo siglo y milenio, mis recuerdos, por consiguiente, sólo cubren una pequeña parte de lo que globalmente fue todo lo relacionado con el “El juego pelota y la mecas en Somontín”.