El primer emigrante de Somontín que recuerdo se fue a Francia fue Trinidad Acosta Oliver, que se casó con una hija del «tío Juan Agudo», que hacía de peón caminero en el pueblo, volvió a los 30 años después de irse, al morir su madre y a la partición de las tierras de su familia, se volvió a marchar y ya no regresaron, recuerdo que su hermana estaba casada con Alberto «Belén» y vivían en la casa del antiguo secretario del pueblo, hoy local social adjunto al ayuntamiento, frente a la casa de mis padres, tendría yo entonces unos 6 años.
Unos años más tarde salió hacia Francia Pepe Navío y allí estuvo por lo menos unos 20 años y regresó casado con una francesa que se llamaba Luisa y ya no se volvió a marchar, regresó sobre los años 1930, se hizo una buena casa en el Barrio Santo, compró tierra y emprendió una nueva vida en Somontín, se juntó con mi padre Pedro “el Rulo”, “el tío Gervasillo” y Juan Segundo e iniciaron la búsqueda del jaboncillo en el pozo “el Tardío”, más tarde se puso a la venta el cortijo de Luis “el Lázaro”, a él le interesó, vendió la casa y las tierras que había comprado al venir de Francia y se decidió a comprar este cortijo, donde se estableció con su mujer y vivieron allí muchos años, a partir de entonces al cortijo le conocíamos como el de “Pepe Navío” o el de la “Francesa”, se entraba a través de una vereda que llevaba a la explanada de la casa siempre llena de flores y bien cuidado, allí vivieron hasta que se hicieron muy mayores, como no tenían hijos se fueron a Barcelona con una hija de Juan Peneque, allí quedó viudo y más tarde murió, dejando el cortijo en herencia a Pedro el del “Compadre Juan Rosa”.
Juan y José Pallares Oliver, eran hijos del “tío José Mariano” y la “tía Doloricas”, no encontraron un trabajo en condiciones y se dedicaron a todo lo que les salía, eran menudos pero de complexión fuerte y durante un tiempo se hicieron boxeadores, uno era de peso mosca y el otro gallo, combatieron por dinero en todo tipo de peleas, no tuvieron demasiada fortuna. Regresaron al pueblo y al poco tiempo se volvieron a marchar a Francia, casándose allí y estableciéndose definitivamente.
Tedosio “el de la tía Jacoba”, se casó con María “Clara”, hermana de Ramón, tuvieron 3 hijos: Rafaela, Patro y María?, no tuvo suerte al igual que los anteriores.
Gervasio Oliver Oliver “el Rulo”, mi tío y cuñado después, se fue con los 3 anteriores y no encontró un trabajo en condiciones, a la falta de trabajo se dedicó más a la fiesta, al baile y a concertar combates de boxeo, regresó a Somontín tal como se fue.
Trinidad Acosta Oliver, se casó con la hija del “tío Juan Agudo”: Dolores “la Quintina”, regresó al reparto del cortijo de sus padres y ya no regresó más, era hermano de Pepe Belén, Soledad, Adela y Alberto.
José García García y Pedro Pérez, se marcharon juntos a Saint Etiene (Francia) allá por el año 1921 (según nos relata Plácida, hija de José García y prima hermana mía), trabajaron en una mina de carbón que se llamaba “La Barroudiere”; ambos eran músicos y siempre estaban tarareando composiciones y estudiando música, el encargado de la mina era también músico de una banda de Saint Etiene y los incorporó a la misma, lo que supuso una mejora para ellos, ya que muchos días en lugar de ir a trabajar, se iban a ensayar o actuar en conciertos y les pagaban el jornal como si hubieran trabajado en la mina.
José García se casó con Rosa Navarro Mesas (hermana de mi madre) y tuvo 5 hijos: Plácida, José, Joaquín, Rosa y Carmen, en la foto de arriba hecha para el carnet de familia numerosa, falta Plácida, ya que ya había cumplido los 18 años de edad.